Cuando pensamos en turismo lo hacemos desde una mirada, en la cual el visitante acuerda servicios y compromisos, con el estándar de protección medioambiental-cultural del país.
En este caso los pueblos y el ecosistema están supeditados a diversos comportamientos de las personas, una delgada línea entre lo correcto y el daño.
En los últimos años han surgido nuevas tendencias, que invitan a desafiar más allá del turismo sostenible. Que no se conforman solamente de la huella de carbono, la conservación de los ecosistemas o la protección de la biodiversidad. Sino también por la generación de proyectos que funcionen como una enzima, que regenere y desarrolle las comunidades que nos albergan en la aventura. ⠀
Una de las tendencias líderes actuales es el «Turismo Regenerativo», que busca mejorar las condiciones medioambientales y la calidad de vida de los habitantes. Excelentes objetivos en primer lugar, pero siguiendo la misma lógica, aquella en donde la responsabilidad recae en variables externas. Ya que no generan un cambio en los comportamientos individuales de las personas, sino más bien una adaptación espontánea a una normativa.
Es hora de replantear la actividad, en donde la prioridad sea la regeneración del turista por medio de la introspección y la búsqueda del bienestar. Donde el cuidado interior (cuerpo, mente y alma) y exterior (sus relaciones con personas y la naturaleza), puedan entregar una reflexión total, única y necesaria. Para así minimizar a cero, si es posible, los efectos que la industria genere en nuestro planeta.
En Tantakuy estamos avanzando en ese camino, creemos que es justamente necesario promover un desarrollo del bienestar personal, para proteger el todo.
Tenemos tiempo, ocupémonos.
Claudio Hidalgo Cornejo⠀